Aprender a poner límites

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Aprender a poner límites



Cuando mi amiga me dijo con lágrimas en los ojos: “Estoy cansada de esta situación. Mi esposo es incapaz de darse cuenta de que me lastima cuando yo expreso un problema o un sentimiento y él me contesta que me vaya a revisar mis niveles hormonales, pues exagero las cosas. Siento que no me escucha, no me comprende y minimiza mis sentimientos”.


Escucho a mi amiga y empatizo con su sentimiento, pienso que en el matrimonio es difícil encontrar canales adecuados de comunicación, pues hombres y mujeres somos muy diferentes en nuestra manera de pensar y sentir.


Las mujeres tenemos una tendencia natural de entregarnos a nuestros seres queridos y dejarnos de lado. Olvidamos que tenemos que mirarnos como personas con derecho a ser felices y a decidir qué es lo que queremos para nosotras mismas. Los hombres, por su parte, parecieran ser mucho más conscientes de sus derechos y más fuertes para reclamarlos.


El constante olvido hacia nuestra persona y la incapacidad de poner límites nos lleva a un punto en el cual hay un desgaste emocional tan grande que termina en una crisis emocional.


Llega un punto en el que estallamos en llanto y gritamos lo que tanto hemos callado por mucho tiempo, lo cual hace que, lejos de lograr el que seamos escuchadas, recibamos descalificaciones por nuestra falta de control o bien agresiones.


La otra posible consecuencia de dejamos de lado es empezar a presentar problemas de salud; si no eres capaz de poner un límite a las exigencias de los demás, llegará un momento en que tu propio cuerpo te ponga un alto.


A las mujeres nos falta saber cómo poner límites y esto tiene relación con la falta de claridad en lo que queremos, merecemos y a la incapacidad de pedirlo de manera asertiva, firme y constante.


Empecé a hacer una serie de actividades que me han servido mucho para poner límites, te la comparto esperando te sea de utilidad:


1.   Decide mirarte como una persona con derecho a ser feliz y empezar por hacer una lista de todo lo que necesitas: “Quiero respeto, quiero ser escuchada de manera empática, quiero que mis necesidades sean tomadas en cuenta, quiero amor y atenciones, etc.


2.   Reconoce tus límites: qué puedes aceptar y qué, en definitiva, no estás ya dispuesta a permitir o aceptar de tu esposo u otras personas.


3.   Reclama tus derechos: Aprende a decir de manera asertiva y firme lo que necesitas y lo que no estas dispuesta a permitir.


4.   Trabajar por mejorar tu autoestima. Una persona que realmente se ama no está dispuesta a permitir un maltrato. El amarte a ti misma es condición fundamental para saber poner límites.



Theresia Pfennich

Directora de Colegio Copán

y CEO de Menara Community


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