Disparos al corazón de estudiantes de secundaria

Disparos al corazón de estudiantes de secundaria

Por: Docente de secundaria


Por la ubicación de sus estudiantes en la adolescencia plena, la secundaria reviste características muy particulares. Los docentes de esta sección deben tener muy clara la ruta a seguir en su desempeño diario: educar el corazón, regular las emociones y los sentimientos, para después forjar la voluntad y, finalmente, formar la inteligencia. Este itinerario de formación, que inicia en el núcleo de la persona, hace evidente, en la práctica y en la teoría, el verdadero humanismo de un colegio.


Apuntar al corazón no significa únicamente abordar a la persona iniciando por los afectos y por los sentimientos, sino situar lo fundamental de la tarea educativa en el centro de la interioridad personal. Entendido de esta manera, el corazón representa el punto esencial en donde se ubica lo más genuino de la persona, lo más auténtico, lo más profundo y verdadero.


Todos los esfuerzos que el equipo docente realiza por llevar a los estudiantes de los contenidos al pensamiento crítico, del conocimiento de datos y de fórmulas hacia el razonamiento acerca del significado de estos, representan, al mismo tiempo, una importante contribución al desarrollo de una mirada dirigida hacia lo esencial para no permanecer en la superficie.


En el día a día de una secundaria, recorrer esta ruta al corazón de los jóvenes implica asumir las actitudes que expresan el interés por los estudiantes, por encima de cualquier situación. Se dispara al corazón cuando se les escucha, cuando se les cuestiona, cuando se cubre una guardia ubicada para prevenir un accidente, cuando se recibe y cuando se despide a los jóvenes en la puerta.


Ninguna persona se resiste a sentirse amada, y quienes desarrollan la labor educativa desde esta convicción saben que a los jóvenes hay que quererlos como son, deseando que sean mejores, pero sin esperar a que lo sean para quererlos.


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